Publicado en Ámbito Jurídico el 16 de junio de 2008
Se vuelve a discutir en nuestro medio el tema de la diversificación de mercados de exportación. El debate ha sido animado por el potencial impacto negativo de la recesión de Estados Unidos, el riesgo de contracción del comercio con Ecuador y Venezuela por la tensión diplomática reciente y el repunte de los precios internacionales de los productos básicos que puede repercutir en indicadores de mayor concentración.
Es un hecho evidente que las exportaciones de Colombia están concentradas tanto por mercados como por productos y que las exportaciones per cápita son inferiores a las de países de similar grado de desarrollo. Pero el diagnóstico no puede ser estático; es preciso conocer si el país está avanzando o no y si las políticas implementadas desde hace varias décadas aportan algún resultado positivo o negativo. Para ello se hicieron las mediciones estadísticas que permiten evaluar qué ha ocurrido con la concentración del comercio por destinos y por productos, y también en mercados específicos tanto por productos como por empresa.
El análisis por destinos y por mercados muestra que en el periodo 2000-2007 Colombia redujo considerablemente su concentración y fue de los países de América Latina que más avanzó. Es más, según la UNCTAD, en el periodo 2000-2005 de un total de 207 países 97 aumentaron su concentración por productos y 110 la contrajeron; Colombia ocupó el puesto 35 entre los de mejor desempeño.
En los análisis recientes, la evaluación de la concentración por productos en mercados específicos se ha enfocado en el caso de Venezuela durante el 2007. Los análisis ponen en evidencia que varios productos concentran un alto porcentaje de sus exportaciones en ese país. De ahí se colige que el riesgo para Colombia es grande.
No obstante, cuando se analiza la evolución de 17 productos que representaron el 93% del valor exportado en el rango de dependencia más alto (entre 90 y 100%) se observa que no hay estabilidad en todos los casos. Así, por ejemplo, las exportaciones de carne de bovino dependían en 16% del mercado venezolano en el año 2000 y sólo a partir del 2004 pasaron al rango alto. Y productos como las cebollas y la margarina que en 2000 dependían cerca del 100%, salieron del mercado en los años siguientes.
Por último, para el análisis de la concentración a nivel de firma es muy útil un estudio elaborado por Enrique Montes y otros investigadores del Banco de la República. Ellos midieron la dependencia de los ingresos operacionales de 1.447 empresas que exportaron el 82.6% de las exportaciones de Colombia a Venezuela en 2006; la dependencia se midió como el porcentaje que representan las exportaciones de una firma a Venezuela en el total de sus ingresos operacionales.
Los resultados son sorprendentes, pues para el 90% de las firmas su nivel de dependencia de ese mercado es inferior al 20% y el 63% de las exportaciones es explicado por ellas. Según los autores: “Esto sugiere que ante el evento de un cierre del mercado del vecino país, esas empresas tendrían un buen margen de maniobra para ajustarse a las nuevas condiciones”.
En síntesis, Colombia viene avanzando por la senda de la diversificación con mayor celeridad que otros países de la región, la dependencia del mercado venezolano no es estable para todos los productos y para la mayor parte de las empresas exportadoras a Venezuela no existe un riesgo alto desde el punto de vista de sus ingresos operacionales.
La política que adelanta el gobierno tiene como objetivo profundizar la tendencia hacia una mayor diversificación, con políticas de mediano y largo plazo. Son múltiples las herramientas que se están implementando para ese fin: acuerdos comerciales, aumento de las exportaciones de valor agregado, divulgación de los tratados de libre comercio (TLCs), labor permanente de Proexport en apertura de mercados e incremento del número de exportadores, fortalecimiento de los instrumentos financieros, búsqueda de oportunidades en Asia, programas de apoyo y promoción de empresas exportadoras, y desarrollo de actividades de Bancoldex como Eximbank (financiación a los compradores de las exportaciones de Colombia), entre otras.
En materia de acuerdos comerciales el objetivo es que hacia el 2010 Colombia tenga acceso preferencial permanente a más de 50 países a los que vendemos cerca del 90% de las exportaciones. Un ensayo reciente de Alberto Amurgo y Martha Pierola del Banco Mundial demuestra que los TLCs contribuyen a la diversificación de las exportaciones como resultado del aumento en la transparencia en las reglas de juego y la consecuente reducción de los costos de información; esto incentiva a más firmas a ingresar al mercado del país socio, ampliando la gama de productos exportados.
En términos generales esas políticas deben ser estables y no ser cambiadas por eventos coyunturales. Los episodios atípicos son de naturaleza temporal y por ello se deben enfrentar con políticas de corto plazo que respondan al tipo particular de anomalía que se registre.
El diagnóstico ha permitido al gobierno focalizar las políticas en los puntos más vulnerables y actuar con la debida oportunidad apelando al instrumental adecuado para la coyuntura.
Los vecinos seguirán siendo los vecinos y es utópico un escenario en que desaparezca el comercio con ellos. Por eso, restablecida la normalidad en los flujos comerciales, el país debe salir fortalecido y con empresas que tienen una mejor visión del riesgo, reflejada en una mayor diversificación de sus destinos de exportac
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