Publicado en la revista MisiónPyme No. 82 de marzo de 2015
Al mejor estilo de Correa, el gobierno ecuatoriano rechazó la resolución de la Secretaria General de la CAN que tumbó la salvaguardia. Además de la apelación contra el fallo, anunció nuevas medidas, aun cuando se cuidó de señalar que no serán solo contra Colombia y Perú sino contra todo el mundo.
Resulta de interés entender por qué se cayó esa medida y por qué, si la economía ecuatoriana es supuestamente un “milagro” de crecimiento, se adoptan decisiones desesperadas sin argumentos técnicos.
La salvaguardia fallida
La salvaguardia de Ecuador contra Colombia y Perú nació muerta, por errores de procedimiento y por los endebles argumentos técnicos esgrimidos.
El gobierno del vecino país se saltó todos los procedimientos establecidos para aplicar el Artículo 98 del Acuerdo de Cartagena, que es invocado en la motivación de la Resolución 50 de 2014 del Comité de Comercio Exterior de Ecuador.
El Acuerdo establece que el país afectado por una devaluación monetaria de otro país miembro “podrá plantear el caso a la Secretaría General, la que deberá pronunciarse breve y sumariamente… dentro del plazo de un mes, contado a partir de la fecha de recepción de la solicitud”. El gobierno ecuatoriano solicitó tal pronunciamiento mediante oficio remitido el 24 de diciembre de 2014, y la Resolución 50 fue expedida el 29, es decir, un día hábil después, dado que el 25 y el 26 fueron festivos en Ecuador.
De esta forma, el gobierno de Correa incurrió en tres errores de procedimiento. Uno: la CAN no recibió formalmente el oficio mencionado, porque estaba en vacaciones. Dos: la resolución no se podía expedir sin el concepto de la Secretaría General. Tres: el personal de la Secretaría regresó de vacaciones el 6 de enero, es decir, un día después de la entrada en vigencia de la salvaguardia.
En los argumentos técnicos de la resolución ecuatoriana hay una falencia, al sugerir la intención de los gobiernos de Colombia y de Perú de devaluar sus monedas intencionalmente. El artículo 98 alude específicamente a la “devaluación monetaria” y no a la depreciación de una moneda. Mientras que la primera corresponde a una decisión en un régimen de tasa de cambio fija, las depreciaciones, como lo menciona la Resolución 1762, recién expedida por la Secretaría General de la CAN, “son normalmente movimientos endógenos” en un régimen flexible de tasas de cambio.
Además, la evolución de la tasa real bilateral de cambio de Ecuador desde enero de 2012 muestra que el “dólar ecuatoriano” se apreció más con Brasil, Argentina y Japón que con Colombia.
Si sólo se evalúa el periodo más reciente (diciembre de 2013 a diciembre de 2014), fuera de Colombia, el “dólar ecuatoriano” se apreció más del 10% con otros 10 países. Pero contra ninguno de ellos se adoptaron salvaguardias.
La resolución de la CAN demuestra claramente la debilidad de los argumentos expuestos por Ecuador para la imposición de la salvaguardia: “…Se concluye que, para el periodo analizado, no existe relación causal entre el deterioro de la balanza comercial y la depreciación del peso colombiano y el nuevo sol peruano que explique el déficit de su Balanza Comercial, el cual es explicado por el déficit que mantiene con China”.
El “milagro económico”
En los años recientes el desempeño económico de Ecuador fue bueno, además de sorprender al mundo con su notable avance de 30 puestos en el índice de competitividad del World Economic Forum. De ahí que una revista lo calificara como el “milagro ecuatoriano”.
En el periodo 2001-2013 el crecimiento promedio del PIB de Ecuador fue del 4.5% anual, sus progresos en infraestructura son noticia internacional, la mejora en el control fiscal triplicó los ingresos tributarios, se elogia la revolución educativa en desarrollo, la distribución del ingreso mejoró, el desempleo es bajo, se ha reducido la pobreza, la inflación está controlada y los salarios reales crecen.
Además, la balanza de pagos al tercer trimestre de 2014 muestra un superávit del 0.6% del PIB en la cuenta corriente, y un saldo de reservas internacionales de US$6.689 millones que mantiene la tendencia ascendente de los últimos tres años.
En cambio, poco ha hecho la economía ecuatoriana en materia de diversificación. En 1962, Ecuador tenía el sexto índice más alto de concentración, y le superaban El Salvador, Bolivia, Colombia, Costa Rica y Venezuela. Según los datos de la nueva base de exportaciones del FMI, en 2010 Ecuador fue el segundo país de América Latina con mayor concentración de sus exportaciones, después de Venezuela. Sus políticas para mejorar la estructura exportadora han tenido menor impacto que las de otros países del vecindario.
Esto evidencia que la debilidad de la economía ecuatoriana se encuentra en su comercio exterior, en el cual los productos primarios representaron el 93.3% del total en 2013 y los manufacturados el 6.7%. De ahí que el desplome del precio del petróleo haya prendido las alarmas.
Pero el problema se acentúa con la dolarización de la economía, que le quita margen de maniobra para adaptarse rápidamente a los cambios en el entorno internacional. Como lo señala el FMI: “La capacidad para hacer frente a estos riesgos está limitada dadas la ausencia de una política monetaria en una economía plenamente dolarizada y la escasa capacidad para reaccionar en el ámbito fiscal”.
Tal vez, como lo afirma el analista Alberto Bernal, el “milagro” está montado sobre bases endebles, pues no hay estabilidad en las reglas de juego ni políticas amigables con el mercado.
Así se entiende que, de la misma forma que repudiaron el pago de la deuda externa, interpretando las mayores tasas de interés de EEUU como un ataque a Ecuador y no como una decisión de política anti-inflacionaria, ahora pretendan achacarle a una supuesta devaluación “competitiva” de Colombia y Perú el deterioro de su crecimiento económico.
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Salvaguardia a la ecuatoriana
Publicado en Portafolio el 23 de enero de 2015
El año comenzó con malas noticias para los empresarios colombianos que exportan al Ecuador. De forma subrepticia el gobierno de Correa impuso una salvaguardia a las importaciones desde Colombia y Perú, del 21% y del 7%, respectivamente, “por la alteración de las condiciones de competencia causada por las devaluaciones monetarias del peso colombiano y sol peruano”.
Cabe preguntarse qué razones objetivas sustentan esa decisión y si las corroboran las cifras del comercio y de tasa de cambio de Ecuador.
Según el Banco Central la balanza comercial de Ecuador fue deficitaria en US$124 millones en enero-noviembre de 2014, mejorando el saldo de -US$1.291 millones de noviembre de 2013. El resultado se obtuvo a pesar del deterioro en el superávit petrolero (-9.5%), que la autoridad monetaria atribuye “a una disminución en el valor unitario promedio del barril exportado”.
Al saldo mencionado contribuyó la reducción del déficit no petrolero en 21.5% anual, resultante del incremento de 16.8% en las exportaciones y la disminución de las importaciones en -1.9% (por el contrario, las importaciones petroleras crecieron 8.5%).
Las exportaciones de Ecuador a Colombia aumentaron 4.7% en el acumulado a noviembre de 2014, mientras que las importaciones cayeron en 5.9%; la balanza comercial fue deficitaria para los ecuatorianos (US$1.072 millones), pero se redujo en US$161 millones. Las exportaciones a Perú cayeron en 16%, las importaciones en 11% y el superávit disminuyó en US$170.
El mayor déficit comercial de Ecuador es con China (-US$2.637 millones), y en 2014 se incrementó en US$162 millones. A su vez, el principal superávit lo tiene con Estados Unidos, pero disminuyó en US$620 millones.
Por lo tanto, es mayor el “daño” ocasionado en la balanza comercial por China y Estados Unidos que el ocasionado por Perú. Con Colombia el resultado es claramente favorable para Ecuador.
La tasa de cambio real de Ecuador se revaluó 3.4% entre diciembre de 2014 y diciembre de 2013. La tasa real bilateral con Colombia se apreció 17.4%, y con Perú 6.3%. Pero el dólar “ecuatoriano” también se revaluó más del 10% con otros 10 países, de los cuales siete contribuyeron a crecer el déficit (Japón, España, Bélgica, Italia, Francia, Holanda y Argentina).
Un análisis completo no debe enfocarse solo en el corto plazo. Las cifras de Colombia, comprueban que el peso se apreció 22% en términos reales frente al dólar “ecuatoriano” entre 2003 y 2014. Eso significa que la competitividad de las empresas colombianas se debilitó frente a las de Ecuador durante ese periodo.
Además, a pesar de la depreciación reciente del peso –que no es una decisión del gobierno sino que refleja las condiciones del mercado, por el sistema de flotación que rige en el país–, aún no se ha recuperado el nivel de 2003; es decir, que sigue siendo favorable a las empresas ecuatorianas.
En conclusión, las cifras ecuatorianas no sustentan la salvaguardia discriminatoria contra Colombia y Perú, que anula la CAN por la puerta de atrás. Si se atendieran las causas reales (dolarización, incumplimiento de la deuda, desplome del precio del petróleo y fortalecimiento del dólar), las medidas deberían ser universales; pero el gobierno de Correa estaría en aprietos para demostrar el daño en su economía. Y el mundo le recordaría los años que disfrutaron con la depreciación del dólar.
El año comenzó con malas noticias para los empresarios colombianos que exportan al Ecuador. De forma subrepticia el gobierno de Correa impuso una salvaguardia a las importaciones desde Colombia y Perú, del 21% y del 7%, respectivamente, “por la alteración de las condiciones de competencia causada por las devaluaciones monetarias del peso colombiano y sol peruano”.
Cabe preguntarse qué razones objetivas sustentan esa decisión y si las corroboran las cifras del comercio y de tasa de cambio de Ecuador.
Según el Banco Central la balanza comercial de Ecuador fue deficitaria en US$124 millones en enero-noviembre de 2014, mejorando el saldo de -US$1.291 millones de noviembre de 2013. El resultado se obtuvo a pesar del deterioro en el superávit petrolero (-9.5%), que la autoridad monetaria atribuye “a una disminución en el valor unitario promedio del barril exportado”.
Al saldo mencionado contribuyó la reducción del déficit no petrolero en 21.5% anual, resultante del incremento de 16.8% en las exportaciones y la disminución de las importaciones en -1.9% (por el contrario, las importaciones petroleras crecieron 8.5%).
Las exportaciones de Ecuador a Colombia aumentaron 4.7% en el acumulado a noviembre de 2014, mientras que las importaciones cayeron en 5.9%; la balanza comercial fue deficitaria para los ecuatorianos (US$1.072 millones), pero se redujo en US$161 millones. Las exportaciones a Perú cayeron en 16%, las importaciones en 11% y el superávit disminuyó en US$170.
El mayor déficit comercial de Ecuador es con China (-US$2.637 millones), y en 2014 se incrementó en US$162 millones. A su vez, el principal superávit lo tiene con Estados Unidos, pero disminuyó en US$620 millones.
Por lo tanto, es mayor el “daño” ocasionado en la balanza comercial por China y Estados Unidos que el ocasionado por Perú. Con Colombia el resultado es claramente favorable para Ecuador.
La tasa de cambio real de Ecuador se revaluó 3.4% entre diciembre de 2014 y diciembre de 2013. La tasa real bilateral con Colombia se apreció 17.4%, y con Perú 6.3%. Pero el dólar “ecuatoriano” también se revaluó más del 10% con otros 10 países, de los cuales siete contribuyeron a crecer el déficit (Japón, España, Bélgica, Italia, Francia, Holanda y Argentina).
Un análisis completo no debe enfocarse solo en el corto plazo. Las cifras de Colombia, comprueban que el peso se apreció 22% en términos reales frente al dólar “ecuatoriano” entre 2003 y 2014. Eso significa que la competitividad de las empresas colombianas se debilitó frente a las de Ecuador durante ese periodo.
Además, a pesar de la depreciación reciente del peso –que no es una decisión del gobierno sino que refleja las condiciones del mercado, por el sistema de flotación que rige en el país–, aún no se ha recuperado el nivel de 2003; es decir, que sigue siendo favorable a las empresas ecuatorianas.
En conclusión, las cifras ecuatorianas no sustentan la salvaguardia discriminatoria contra Colombia y Perú, que anula la CAN por la puerta de atrás. Si se atendieran las causas reales (dolarización, incumplimiento de la deuda, desplome del precio del petróleo y fortalecimiento del dólar), las medidas deberían ser universales; pero el gobierno de Correa estaría en aprietos para demostrar el daño en su economía. Y el mundo le recordaría los años que disfrutaron con la depreciación del dólar.
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