Remesas y crisis

jueves, 14 de enero de 2010
Publicado en el diario La República el 19 de agosto de 2009


La importancia macroeconómica de las remesas ha crecido al punto que diversos analistas las consideran un canal de transmisión internacional de los auges o las crisis de las economías desarrolladas hacia las subdesarrolladas.

Y no es para menos; en 2008 su monto ascendió a cerca de US$70 mil millones, superando los flujos de inversión extranjera directa. En varios países tienen un elevado peso con relación al PIB, como en el caso de Haití (23.9%), Honduras (21.1%), El Salvador (17.3%) y Nicaragua (16.8%); en Colombia se calcula que representan alrededor del 3%.

En las economías desarrolladas el desempleo está aumentando como consecuencia de la crisis económica; con la reducción del crecimiento de los sectores intensivos en mano de obra de baja calificación, como la construcción, es mayor el número de migrantes que pierde sus ingresos y ve menguada su capacidad para enviar dinero a sus familias en los países de origen. Algo similar ocurre con los migrantes que se mantienen empleados, pero fueron perjudicados por el acelerado crecimiento de las cuotas de vivienda o porque la perdieron como consecuencia de ejecuciones judiciales. El BID estima que en 2009 las remesas caerán en 11% con relación a las registradas en 2008.

Es evidente que la reducción de las remesas tendrá un efecto negativo sobre las economías subdesarrolladas. Pero, como ha ocurrido con los otros canales de transmisión de la crisis, la magnitud del impacto es diferencial, dependiendo de la solidez macroeconómica de cada país y del peso relativo de esos recursos.

José Antonio Ocampo, en un artículo publicado en la última edición de la revista de la CEPAL, sostiene que en general las remesas son el canal menos importante de transmisión de la actual crisis para América Latina, pues “el poder de compra de las remesas tendería a aumentar en la medida en que se acompañen de una depreciación de las monedas en los países receptores”.

Esa percepción es válida para Colombia, como lo muestran las cifras del primer semestre de 2009. El ingreso por remesas hasta junio fue de US$2.085 millones, con una disminución del 10.5% respecto al mismo periodo de 2008; pero en pesos han crecido 13.8%. Este resultado contrasta con lo observado en los primeros seis meses de 2008; en ese periodo crecieron 20% anual en dólares y apenas 3.5% en pesos.

En el primer trimestre de 2009, los datos disponibles muestran variaciones positivas anuales de las remesas provenientes de los principales once países de origen, expresadas en moneda local, con la excepción de Venezuela. En igual periodo de 2008 eran negativas en siete de ellos.

Es evidente el impacto de la tasa de cambio. En el primer semestre de 2008 se registró una marcada tendencia a la revaluación, con un mínimo de $1.600 por dólar en junio. En cambio, durante los primeros meses del presente año la tasa de cambio se devaluó; aun cuando en los meses recientes el peso se ha revaluado nuevamente, todavía se mantiene en niveles superiores a los del año anterior.

Lo anterior significa que en el actual contexto de crisis mundial el ingreso de remesas a Colombia no ha tenido un efecto macroeconómico adverso y, por el contrario, supera el desempeño observado en el primer semestre del año anterior. Un incremento de más de $600 mil millones de pesos por este concepto, contribuye a amortiguar la pérdida de dinamismo del consumo de los hogares. No obstante, es posible que a nivel de familias individuales sí se esté registrando un impacto negativo en los casos de suspensión de estos giros por pérdida del empleo de los remitentes.

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