Artículo publicado en el diario La República el 12 de abril de 2012
En el foro sobre el TLC en la Cámara de Comercio de Bogotá, el alcalde Petro planteó la existencia de dos grupos de países en América Latina, según el papel que juegan en su desarrollo la integración al mercado mundial y el mercado interno.
Por un lado están las economías exportadoras de materias primas no renovables que están creciendo por el aumento de los precios internacionales de esos bienes: Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela. Por otro, las que hacen énfasis en el mercado interno y desarrollaron sus sectores industriales y agroindustriales: Brasil y Argentina. Mientras el primer grupo depende de la dinámica de la demanda mundial, especialmente de China, los otros están salvaguardados pues tienen una estructura productiva más diversificada y dependen de su propia demanda interna.
La realidad es un poco diferente a lo que plantea el burgomaestre, pues los dos grupos de países son exportadores de productos primarios. Según la Cepal, en 2009 en Argentina representaron 45%, en Brasil 42% y en Colombia 56% del total exportado. En México, que el alcalde no menciona, en 1990 fueron el 47% y en 2009 apenas el 15.8%; y no es un caso de desarrollo volcado exclusivamente al mercado interno, sino uno de integración con el NAFTA a Canadá y Estados Unidos.
Claro, en el caso de Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú y Chile, que tampoco mencionó el alcalde, predominan los productos mineros, mientras que en Argentina y Brasil los agropecuarios. Pero como los precios internacionales de los alimentos cambiaron radicalmente su tendencia descendente de largo plazo por una al alza, también han contribuido al crecimiento de los países productores.
El Atlas de Complejidad Económica, elaborado por investigadores de la Universidad de Harvard y el MIT, muestra que la complejidad de las estructuras productivas y de exportaciones de Brasil y Colombia es menos disímil de lo que se piensa. Ocuparon los puestos 52 y 54 entre 128 economías evaluadas (cuarto y quinto lugares entre 21 países de América Latina); México ocupó el puesto 20 en el mundo y el primero en la región, evidenciando de nuevo la compatibilidad entre diversificación de la producción y apalancamiento en el comercio internacional, en este caso mediante un TLC. En la clasificación quedan más atrás Argentina (puesto 57), Chile (78), Perú (89), Ecuador (93) y Venezuela (111).
Con relación al mercado interno, pareciera que se quiere repetir la historia del modelo de desarrollo hacia adentro. ¿Será eso lo que denominan modelo de crecimiento endógeno?
Sobre este tema es ilustrativo el caso de China. Mientras mantuvo su posición de economía “casi autárquica”, como el alcalde enuncia que es Bogotá, y se empeñó en un desarrollo basado en el mercado interno, logró ser la economía más pobre del mundo.
Con las reformas iniciadas en 1978, China se fue al otro extremo, pasando a depender del mercado internacional para su crecimiento. Ahora buscan una relación más equilibrada con el mercado interno; a pesar de ser la economía más poblada del mundo y contar con un ingreso creciente, el consumo es apenas el 35% del PIB, frente al 50% en el promedio de las economías de mercado.
Los argumentos expuestos indican que no es muy razonable empeñarse en un crecimiento basado exclusivamente en el mercado interno; y que algunas economías latinoamericanas han avanzado en la diversificación y complejidad de sus estructuras productivas y de exportaciones, independientemente del peso relativo de las exportaciones agrícolas o mineras.
Estas disquisiciones son vitales para la evaluación del Plan de Desarrollo capitalino, que, en palabras del alcalde, propone centrar el crecimiento económico en el fortalecimiento del mercado interno, “porque Bogotá no exporta”.
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