Publicado en Portafolio el 22 de septiembre de 2023
En los resultados de crecimiento del PIB en el segundo trimestre de 2023 hay un aspecto que pasó desapercibido: en varios sectores su valor agregado está por debajo del nivel de referencia de la prepandemia (2019-IV). Puesto en términos de doña Irene Vélez, están decreciendo.
En la minería, su valor agregado en 2023-II es menor en 10,9% al del 2019-IV y todos los valores en ese periodo son inferiores al de referencia. Los resultados se explican por las caídas que se observan en carbón, petróleo y gas natural, extracción de otras minas y canteras y actividades de apoyo. Como consecuencia, su participación en el PIB se redujo de 4,9% en 2019-IV a 4,0% en 2023-II.
En la construcción la situación es peor, pues el dato más reciente está 23,6% por debajo del nivel prepandemia; desde 2020 sus valores se han mantenido por debajo del observado en 2019-IV. La caída más notable es la de construcción de carreteras y obras de ingeniería civil, cuyo valor agregado en 2023-II es inferior en 44,7% al de referencia; esto evidencia una política pasiva de inversión pública en infraestructura en los años recientes. Pero también es inferior el valor agregado correspondiente a la construcción de edificaciones residenciales y no residenciales, que refleja el freno en los programas de vivienda. Esta anómala evolución repercute en la reducción de la participación de la construcción en el PIB de 6,3% a 4,3% en el periodo analizado.
En el caso del sector agropecuario los datos reflejan una situación de estancamiento. Aun cuando ha registrado valores superiores al 2019-IV, el de 2023-II, 14 trimestres después, apenas es superior en 2,0%. El bajo crecimiento obedece a la continua caída de la producción de café en todo el periodo y a la contracción de la ganadería desde 2022-II. Con estos resultados, la participación en el PIB baja de 6,3% a 5,9%.
Es claro que estos son tres sectores estratégicos de la economía colombiana. De ellos depende la mayor parte de las exportaciones; tienen una contribución importante a la creación de valor agregado y a la generación de empleo, y, además, tienen fuertes encadenamientos productivos. Los resultados explican el mal desempeño del volumen exportador en los años recientes. Los tres representaban el 17,4% del PIB en 2019-IV y bajaron a 14,1% en 2023-II y pasaron de generar el 24,2% al 22,6% de la ocupación en el mismo periodo.
Por si hiciera falta, estos datos ponen de relieve la urgencia de un programa de reactivación productiva y de repensar el propósito de marchitar la producción de minero-energéticos. No hacerlo conduciría al decrecimiento en una versión más negativa que la prevista por los teóricos de esa política.
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