Publicado en Portafolio el 20 de octubre de 2023
El mundo sigue en policrisis. Este concepto describe un escenario en el que confluyen diversas crisis; en los años recientes coincidieron la pandemia, la invasión rusa a Ucrania, el acelerado incremento de la inflación, la crisis climática y la tensa relación entre Estados Unidos y China, entre otras. El problema, como lo resalta el historiador Adam Tooze, es que los efectos de la simultaneidad son superiores a la suma de los impactos individuales, porque hay un proceso de retroalimentación entre las diversas crisis.
En el último año se superaron los problemas de las cadenas de suministro y la congestión de los puertos; además, la inflación empieza a ceder. Pero surgieron otros: el fenómeno de El Niño, la crisis política en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y el ataque terrorista de Hamás a Israel.
Si el fenómeno de El Niño es tan drástico como algunos analistas lo prevén, crecen los riesgos de desabastecimiento de alimentos y de hambrunas; las consecuencias en este caso serán el repunte de la inflación, el deterioro de los ingresos reales de la población más vulnerable, y la imposición de restricciones al comercio internacional de productos básicos.
La crisis política que desencadenó en Estados Unidos la destitución del presidente de la Cámara, el republicano Kevin McCarthy, pese a ser un problema local, tendrá graves consecuencias en el mundo. La creciente polarización y la división del partido republicano afectarán negativamente el normal funcionamiento del gobierno estadounidense; la aprobación del presupuesto para el año fiscal 2023-2024 luce complicada, lo que podría desencadenar la parálisis del sector público.
Pero, además de las consecuencias que esa parálisis tendrá en la dinámica de la economía mundial, afectará el apoyo que Estados Unidos está dando a Ucrania y a otros países, como Colombia. Ya en el acuerdo con McCarthy fueron recortados más de USD4.000 millones de la ayuda a Ucrania, por lo que recortes adicionales limitarán las posibilidades de repeler a los rusos.
El reciente ataque de Hamás a Israel es un riesgo que nadie preveía. Las potenciales consecuencias, en buena medida dependerán de la magnitud de la respuesta de Israel a la agresión y del probable involucramiento en el conflicto de otros países, como Irán, o grupos, como Hezbolá. El apoyo de Estados Unidos a Israel implica menos recursos para Ucrania; y la vinculación de otros países de la región puede repercutir en una menor producción de petróleo y gas.
En síntesis, lejos de ser superada, la policrisis global tiende a acentuarse y ese es el marco que deben tomar como referencia los gobiernos nacionales para diseñar e implementar sus políticas públicas. Es un escenario cada vez más complejo.
0 comentarios:
Publicar un comentario