Publicado en el diario La República el 23 de junio de 2012
Las exportaciones en abril de 2012 crecieron 4% anual. Y en el acumulado de los primeros cuatro meses su incremento fue de 17% respecto al primer cuatrimestre del año anterior.
Aun cuando el monto en dólares es el más alto de la historia económica del país en los dos casos, las tasas de crecimiento son inferiores a las de los años anteriores. Es evidente, por lo tanto, que las exportaciones se están desacelerando.
Por eso, varios analistas han llamado la atención sobre el tema. Pero algunos han sugerido que el TLC con Estados Unidos no se podrá aprovechar porque las exportaciones de los productos con más potencial a ese destino están cayendo o que es un error cerrar las negociaciones con Corea cuando las ventas a ese mercado se contraen.
Sobre este aspecto particular cabe recordar que los tratados comerciales son medidas estructurales y que no se debe evaluar su resultado a la luz de una coyuntura particular, de la misma forma que la negociación de los TLC no se puede cerrar exclusivamente en las fases de auge de la economía de los socios comerciales.
La discusión sobre los resultados recientes es importante, pues si las exportaciones de la economía colombiana se están desacelerando, pero las del resto del mundo no, ello significa que algo no anda bien en el país. En cambio, si el problema es generalizado, el diagnóstico es otro.
Aun cuando pocos analistas locales lo han mencionado, la coyuntura global es la principal explicación de la dinámica de las exportaciones del país. La incertidumbre que ha caracterizado la economía mundial en los dos últimos años, se acentuó con la profundización de la crisis europea, por el creciente riesgo de abandono de Grecia de la zona euro y por la poca credibilidad lograda con el reciente rescate del sistema financiero español.
Niall Ferguson y Nouriel Roubini señalan en un artículo reciente (“Berlin is ignoring the lessons of the 1930s”. Financial Times, junio 8) que la salida de Grecia podría desencadenar una crisis financiera en toda la zona euro.
Por lo tanto, este episodio da una nueva dimensión a la crisis europea y, según Ben Bernanke, representa un riesgo importante para la estabilidad del sector financiero de los Estados Unidos.
Por un tiempo la situación europea tuvo algún grado de asilamiento, de forma que la economía y el comercio mundiales siguieron creciendo impulsados por las economías emergentes. Pero la agudización reciente empieza a impactar ambas variables.
Los datos de la OMC indican que las exportaciones globales, que crecieron a tasas por encima del 20% anual hasta el tercer trimestre de 2011, apenas aumentaron el 5.3% en el primer trimestre de 2012. Esto refleja la pérdida de dinamismo de la demanda de las principales economías; en Estados Unidos las importaciones crecieron 8.4% anual en enero-marzo, las de China 6.8% y las de la Unión Europea cayeron 0.7% anual.
La menor demanda se refleja en la contracción de los precios internacionales de los productos básicos, que aun cuando se mantienen en niveles históricamente altos han cedido terreno en los meses recientes. Además, los bancos centrales de los países desarrollados anuncian su intención de mantener una política monetaria flexible que alimenta las expectativas de apreciación de las monedas de las economías en desarrollo.
En este complejo contexto, es claro el peso de la situación global en la dinámica de las exportaciones. Los problemas de caída de la producción cafetera o los nefastos impactos de los inviernos recientes en la producción de banano son factores internos que afectan negativamente las exportaciones totales de Colombia; pero evidentemente no son la causa mayor. Aun así, el país se mantiene como uno de los exportadores más dinámicos de la región.
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