Publicado en Portafolio el 21 de julio de 2023.
Algunos analistas, incluido el exministro Ocampo, claman por que así sea. Pero poniendo los pies en la tierra, parece poco probable por la experiencia de otros países y por la evolución de la inflación básica de Colombia.
En Colombia es un hecho que la inflación total lleva tres meses consecutivos en descenso, los indicadores de demanda agregada corroboran su menor dinámica, y las expectativas de inflación también están bajando aun cuando, según las minutas de la Junta Directiva del Banco de la República, “continúan elevadas”.
No obstante, las revisiones del PIB van al alza, no a la baja, lo que podría indicar una caída de la demanda menor a la proyectada inicialmente; el incremento de los salarios en los dos últimos años estuvo por encima de la inflación (10,07% en 2022 y 16,00% en 2023); y el desempleo no ha aumentado.
Lo que acontece en otros países es que la inflación total y la básica llevan varios meses bajando, y lo máximo que han hecho sus bancos centrales es detener las alzas de sus tasas de política monetaria; pero no las han reducido. Así ocurre, por ejemplo, en Estados Unidos, la Eurozona, Brasil, Chile y México.
La pregunta es por qué las autoridades monetarias no han bajado las tasas de intervención y en algunos casos dejan entrever posibles incrementos adicionales. Al parecer, prima la cautela frente a la incertidumbre por el fenómeno de El Niño, eventos climáticos extremos (como las altas temperaturas en Europa en estas semanas), y el riesgo de que Rusia cierre nuevamente el Mar Negro para el cruce de cargueros; a ellos habría que sumar en Colombia el reajuste de los precios de los combustibles y los problemas de estabilidad financiera en algunos sectores, entre otros.
El otro tema son los indicadores de inflación básica de Colombia. Los de inflación sin alimentos y sin alimentos y regulados siguen subiendo a niveles récord; el de servicios ha bajado un mes y Núcleo 15 tres. El Banco de la República señala que “estas medidas proveen información de la tendencia de largo plazo de los precios, y es la inflación que está directamente afectada por las decisiones de política monetaria”. Así, la mencionada mezcla de resultados indica que no es tan claro que hayan desaparecido las presiones de demanda sobre los precios.
En ese escenario global y nacional, más vale no confiarse en prontos descensos de la tasa de intervención del Banco de la República; mejor esperar del gobierno una pronta acción de choque contra los problemas de oferta y la solución de los cuellos de botella generados en varios sectores por regulaciones erráticas.
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