Publicado en Portafolio el 2 de noviembre de 2024
La incertidumbre debería ser menor en este segundo periodo de Trump y muchos de los interrogantes de los analistas sobre lo que viene para el mundo en los próximos años ya deberían tener respuesta. Sin embargo, como anota Peter Feaver, profesor de Duke University, “debido a la imprevisibilidad de Trump, su estilo errático y su pensamiento poco coherente, algunas de esas mismas preguntas siguen abiertas hoy en día”.
Por eso son muy preocupantes los potenciales impactos de sus políticas extremistas en el mundo, en un escenario de fragmentación de la globalización, malestar social y ascenso del populismo.
China enfrenta dificultades con la amenaza de Trump de un arancel del 60% a los productos chinos. La reacción anticipada de esta nación al cambio de entorno ha sido la ubicación de fábricas en varios países. En el caso de Estados Unidos, China busca beneficiarse del nearshoring con inversiones en América Latina; el problema es que Trump puede bloquear esta “filtración” impactando negativamente a los países de la región que exporten productos chino-latinoamericanos con las preferencias de los TLCs.
En la Unión Europea hay un creciente fraccionamiento con el ascenso del populismo de derecha y de izquierda, que dificulta la toma de decisiones comunitarias para afrontar los nuevos escenarios. Es probable que Trump reduzca el apoyo a Ucrania, incrementando los riesgos que representa Rusia para Europa; además, es posible que retome su decisión de reducir el respaldo a la OTAN. Esto obligará a la UE a un mayor gasto militar, agravando los altos niveles de endeudamiento y forzando el sacrificio de las políticas sociales.
América Latina seguirá siendo el patio trasero, salvo quizás por los problemas migratorio y de narcotráfico. China está aprovechando ese vacío con inversiones y créditos, ejemplo de lo cual es la reciente inauguración del megapuerto de Chancay en Perú, con la presencia de Xi Jimping.
Ese contexto pilla a Colombia en malas condiciones. El actual gobierno mostró su incapacidad para implementar políticas de reactivación y, por el contrario, se ha empeñado en políticas y reformas que mantienen deprimida la inversión, deterioran sectores como el de la minería, los servicios públicos y la salud, ponen en entredicho la sostenibilidad fiscal y desincentivan la generación de empleos formales. Así, el país está condenado a mediocres tasas de crecimiento que, en el mejor de los casos, serán del 3% según las propias proyecciones del gobierno. Las políticas de Trump le darán una mano al gobierno Petro con el anuncio de imponer un arancel del 10% a todas las importaciones y deportar a Colombia muchos de los más de 200 mil migrantes ilegales que huyeron del país en busca de un mejor porvenir.