Publicado en Portafolio el 21 de julio de 2022
Recientemente se resalta en las discusiones sobre políticas públicas el papel que juega la confianza en el desarrollo económico y en la solidez de las democracias modernas.
En ese contexto, la OCDE acaba de publicar el documento Building Trust to Reinforce Democracy. Main Findings from the 2021 OECD Survey on Drivers of Trust in Public Institutions. Este organismo viene trabajando el tema desde hace al menos dos décadas, en las cuales se han examinado teorías, debatido aspectos conceptuales sobre los determinantes y diseñado formas de medición. En la mencionada publicación presenta los resultados de una encuesta que busca medir por primera vez la confianza de la población en el gobierno y en las instituciones en 22 países de la OECD, entre los cuales está Colombia.
La idea central es que la legitimidad y la solidez de las democracias se basa en la confianza entre los ciudadanos y los gobiernos. Cuando se pierde la confianza se afecta el desarrollo y toma bastante tiempo restablecerla; en el caso de la crisis de 2008, los autores señalan que su restablecimiento tomó cerca de una década.
Desde el punto de vista de Colombia, el aspecto más sobresaliente de este libro es el último lugar que ocupa el país en la gran mayoría de las mediciones. En el indicador más general muestra que solo el 20,5% de los encuestados del país tiene confianza en el gobierno nacional, mientras que la media simple de los 22 países fue de 41.4%. Más preocupante aún es el desbalance que hay en Colombia por el alto porcentaje de los que no confían (66,7%), frente a un relativo equilibrio en la OCDE (41.1%).
El país también ocupa el último lugar en la confianza en los gobiernos locales, los funcionarios públicos, la policía, los jueces y el sistema judicial, el congreso, los partidos políticos, el sistema de salud y el sistema educativo. Además, tiene el segundo nivel de confianza más bajo respecto a la posibilidad de que un funcionario público rechace un soborno, pues solo nos supera México; en este tema, el complemento es que en México el 68,9% y en Colombia el 60,8% de las personas cree que los empleados públicos están dispuestos a aceptar el soborno.
Muchos analistas en el país se declaran optimistas frente a la fortaleza de las instituciones democráticas, pero estudios como este de la OCDE demuestran que eso no es tan evidente; es un oportuno llamado a la reflexión y al debate. Como bien resalta Moisés Naím (La revancha de los poderosos) la falta de confianza genera la antipolítica y alimenta en la población la disposición a dar la bienvenida a los caudillos populistas.