Publicado en Portafolio el 12 de diciembre de 2019
Los 13 puntos del llamado “Comité Nacional de Paro” y las declaraciones de los manifestantes a los medios, dan la impresión de que el país está al borde del colapso y que la situación social se ha tornado intolerable.
Es evidente la diferencia de nuestro nivel de vida con el de los países desarrollados, ¿pero será que estamos deteriorando el bienestar y acercándonos a los países más atrasados del mundo? ¿Estaremos a punto de ingresar a lo que Paul Collier denominó el “Club de la miseria”? La evaluación de los principales indicadores entre 2000 y 2018 (salvo que se indique otro periodo) nos muestra claramente en qué dirección está transitando Colombia.
El PIB per cápita a precios de paridad más que se duplicó; pasamos de US$6.695 a US$14.999 y entramos al grupo de los países de ingresos medios altos. En ese mismo periodo el salario mínimo se incrementó el 31% en términos reales.
Aun cuando la concentración del ingreso es de las más altas del mundo, el coeficiente de Gini bajó de 0,572 a 0,517 entre 2002 y 2018; curiosamente, las reformas tributaria y pensional que el “comité” pide no tramitar, mejorarían sustancialmente ese indicador. Simultáneamente la pobreza monetaria bajó del 49,7% al 27,0% de los hogares en el mismo periodo, y la población en pobreza extrema cayó del 17,7% al 7,2%; esto significa que 6,9 millones de personas salieron de la pobreza y 3,6 millones de la pobreza extrema.
Las continuas mejoras en la salud permiten mantener la tendencia descendente de la tasa de mortalidad infantil; esta pasó de 18,5 a 10,8 por cada 100 mil nacidos vivos en los hombres y de 23,6 a 13,6 en las mujeres.
En materia de educación, también hay cambios sustanciales: la inscripción escolar en el nivel secundario aumentó del 73,1% al 97,5% y el terciario del 24,5% al 55,3%. Persisten los problemas de calidad, como lo demuestran las pruebas Pisa, pero una de las talanqueras está en los docentes que se resisten a ser evaluados.
La tasa de desempleo en 13 ciudades bajó de 17,3% a 10,8% y la de informalidad, medida por afiliación a pensiones, que era del 70,5% en enero-marzo de 2007 disminuyó a 62,8% en enero-marzo de 2019; en ese periodo el número de afiliados a pensiones se incrementó de 4.9 a 8,2 millones de trabajadores. Esta reducción de la informalidad fue posible por la eliminación de los parafiscales del Sena y el ICBF y la tendencia se podría mantener con las reformas laboral y pensional.
El nobel de economía Joseph Stiglitz recuerda que: “Hay personas que dicen que, de hecho, el conflicto no se produce cuando las cosas están mal de verdad, sino cuando están mejorando, pero no mejoran lo suficientemente deprisa; cuando se le da a la gente la sensación de que las cosas podrían ir mejor, sus aspiraciones cambian, pero se decepcionan”. Él no comparte esa apreciación, pero me parece que, a la luz de los datos, es la explicación que mejor se acomoda a nuestra realidad.
Parafraseando a Johan Norberg, termino enunciando que los colombianos “vivimos en el mejor momento de nuestra historia” …Pero, nunca estaremos contentos y, al paso que vamos, seguiremos creyendo que la situación es cada día peor.
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