Cisnes negros

jueves, 18 de julio de 2019
Publicado en Portafolio el 18 de julio de 2019

Los ataques de Trump a Huawei representan una nueva dimensión de la guerra comercial. Prohibió a las empresas de Estados Unidos venderle insumos y “sugirió” a sus aliados seguir el ejemplo; esto plantea interrogantes sobre el trasfondo de la decisión y el riesgo de quiebra de la empresa.

Sobre el primer tema, parece que el rezago tecnológico de los Estados Unidos frente a la empresa china pudo ser un detonante. Huawei es el líder indiscutido en la carrera por la tecnología 5G, en la cual se fundamentan los desarrollos de internet de las cosas, la robótica y los vehículos autónomos. Pero, en opinión de algunos analistas, la decisión de Trump podría demorar más el desarrollo de 5G en Estados Unidos, mientras tomarían ventaja China y otros países.

Menos evidente, aun cuando no carente de indicios, es la justificación por ciberespionaje. Australia ya había tomado la decisión de restringir las contrataciones con Huawei por temor al espionaje para el gobierno chino. La presunción se fortalece porque en las empresas chinas debe existir una célula del partido comunista y Xi Jinping quiere que el partido aumente su injerencia en los cargos de administración. Además, la Ley de Inteligencia Nacional de China de 2017 establece que “cualquier organización… debe apoyar, ayudar y cooperar con el trabajo de inteligencia del Estado”.

Sobre el segundo tema, cabe destacar la figura de los cisnes negros. Según Nassim Taleb, los cisnes negros son episodios de casi nula probabilidad de ocurrencia, por lo que la gran mayoría de los analistas no los tienen en cuenta. Pero cuando ocurren, generan enormes impactos.

El tema viene a cuento porque la sede principal de la empresa en Shenzhen tiene un lago artificial con cisnes negros. El mensaje para los trabajadores es que, al verlos, todos los días recuerden la importancia de prepararse para lo inesperado.

La curiosidad surge en torno a cómo va Huawei a afrontar el enorme problema que genera el ataque de Trump. No hay nada cierto sobre el tema, pero se especula que ya tiene un sistema operacional que reemplazaría el Android de Google. De igual forma se asevera que tiene existencias de componentes esenciales para un año de fabricación (I. Hilton “The Huawei dilemma”). Es importante tener en cuenta que la empresa es el mayor vendedor mundial de tecnología, destina USD$14 mil millones a I+D (más que Apple, Microsoft e Intel) y tiene alrededor de 70.000 patentes.

La probabilidad de supervivencia de la empresa aumenta con los altibajos en las decisiones de Trump. Los anuncios recientes de permitir por tres meses las ventas de componentes fabricados por empresas estadounidenses y la posible moderación de la prohibición en el marco de la negociación con China, hacen pensar que no se llegará al peor de los escenarios. Quizás algo incida en eso el hecho de que unas 1.200 empresas de los Estados Unidos facturan más de USD$11 mil millones anuales con Huawei.

El mundo queda a la expectativa sobre los dos temas. Uno es la compleja combinación de una guerra comercial con una guerra tecnológica. El otro es si la capacidad de la empresa de prever escenarios extremos y altamente improbables le permitirá sobrevivir. El tiempo nos dará respuestas sobre los dos y sobre su impacto global.

1 comentarios:

JESUS ANTONIO VARGAS OROZCO dijo...

Hernan, excelente artículo que pone en evidencia los impactos negativos que pueden afectar el avance del desarrollo tecnológico una guerra comercial.