Coronavirus y críticos

viernes, 17 de julio de 2020

Publicado en Portafolio el viernes 17 de julio de 2020

Estamos en una pandemia. “Eso significa que incluso con las medidas implementadas, veremos que los casos y las muertes continúan aumentando a nivel mundial, nacional y en nuestras propias comunidades. Esto puede llevar a algunas personas a pensar que las medidas de distanciamiento social no están funcionando. Lo están. Pueden parecer inútiles. No lo son”. El texto es de una carta del profesor de epidemiología en la Universidad de Yale, Jonathan Smith, a sus vecinos para sensibilizarlos sobre el distanciamiento social.

Lo que dice Smith es muy pertinente para Colombia. Algunas autoridades locales, medios y connotados analistas están encendiendo las alarmas y endilgando responsabilidades al gobierno. Opinan que fue un error decretar la cuarentena de forma anticipada, pues ahora tenemos disparados los contagios y la economía postrada. Afirman que las economías desarrolladas fueron cerradas cuando estaban en el pico de la pandemia y reabrieron al superarlo; pero no recuerdan que en varios casos colapsó el sistema de salud y se elevó la mortalidad.

También olvidan, quienes así opinan, que no hay vacuna para el virus y que mientras no exista seguirán creciendo los infectados y los muertos. Lo que sí debería enfatizarse es que, con cuarentena o sin ella, en gran medida el número de contagiados y fallecidos lo determinamos con nuestro comportamiento.

En una economía con informalidad laboral bordeando el 60%, la presión por satisfacer las necesidades básicas lanza a la calle a muchas personas que no se protegen. Pero ninguna autoridad local parece darse cuenta de ese problema; adoptan toques de queda y nuevas cuarentenas, pero nada en concreto sobre las ventas ambulantes que quedan como ruedas sueltas y crean focos de contagio. Al respecto, Smith señala que estas situaciones ocasionan un efecto grave, pues la epidemia crece como si no se hubieran adoptado medidas.

Piensen, quienes critican la cuarentena, que la tasa de contagio a comienzos de abril estaba en 2,6. Sin las medidas de confinamiento, ya tendríamos contagiada casi toda la población; habríamos logrado la inmunidad del rebaño, ¿pero con cuántas muertes? Con la ventana de tiempo que generaron esas medidas, están llegando los ventiladores al país y se incrementó el número de UCIs; sin ellas, ¿cuánto hace que hubiera colapsado el sistema de salud?

El profesor Salomon Hsiang de la Universidad de Berkeley lideró un estudio sobre el impacto de las políticas de confinamiento y restricción a la movilidad en China, Corea, Italia, Francia, Irán y Estados Unidos, y concluyó que sin medidas el número de contagiados habría sido de 530 millones de personas. Para tener una referencia, a la fecha el total mundial está superando los 13 millones.

Según el INS la tasa de contagio de Colombia está en 1,17 como resultado de las medidas de contención; es una diferencia notable con el 2,6 de abril. Pero los contagios crecen geométricamente; los cinco mil nuevos casos diarios que hoy nos asustan, serán 10 mil en unas pocas semanas si seguimos con el desorden social. Además de sanciones ejemplarizantes a los indisciplinados, los alcaldes deberían censar a los informales y brindarles una renta básica por quedarse en casa y adoptar las medidas de higiene y distanciamiento social. Solo así lograremos bajar de uno la tasa y evitar el colapso del sistema de salud.

Colombia y los bienes médicos esenciales

jueves, 9 de julio de 2020
Documento de trabajo

Es importante entender el mercado internacional de los bienes médicos esenciales en el que Colombia debe adquirir los elementos necesarios para la lucha contra el covid-19. Esta nota se propone presentar una caracterización y, en particular, utilizar como referencia los datos de una base recientemente construida por investigadores del Banco Mundial (Espitia, Rocha y Ruta, 2020a).


Para Colombia, igual que para la mayoría de los países del mundo, especialmente para las que son importadoras netas de bienes médicos, ha sido difícil el abastecimiento de estos productos. Tal situación ocurre por varias razones básicas: los países tienen escasa o nula producción de algunos de ellos; no contaban con el volumen de existencias necesario; la magnitud de la pandemia es de proporciones que nadie se imaginaba; y la alta concentración que existe en los proveedores mundiales de esos productos, sumada a las restricciones que muchos de ellos impusieron a las exportaciones.


La Organización Mundial de la Salud estableció una lista de 17 productos esenciales para hacer frente al problema del covid-19 (WHO, 2020). Un grupo de investigadores del Banco Mundial mostró que en el mercado mundial que enfrentan los 20 países en desarrollo más afectados por la pandemia esos productos están altamente concentrados, como se observa en el gráfico 1. Para el conjunto de productos críticos el 80% es provisto por cinco países; pero en los productos para la gestión de casos y para diagnóstico la concentración es aún mayor (Espitia, Rocha y Ruta, 2020b).



La escasez que se generó en el mercado mundial de bienes médicos esenciales por la creciente demanda presionó los precios internacionales al alza. En ese contexto, las restricciones a las exportaciones hacen que los aumentos sean aún mayores y afecten negativamente a las economías que dependen de las importaciones. En el caso de Colombia, según un estudio de Kearney (2020), entre enero y abril de 2020 los precios de los tapabocas quirúrgicos se incrementaron en 531%, los tapabocas N95 en 262%, las batas desechables en 173% y los ventiladores mecánicos en 142% (citado por Plata, 2020a).


Como se muestra más adelante, Colombia tiene aranceles a las importaciones de varios productos médicos. Con el fin de evitar que ellos sean un factor adicional de incremento de los precios, el gobierno resolvió bajarlos a cero por un término de seis meses (Presidencia de la República, 2020).


En el cuadro 1 se muestran algunas características de las importaciones promedio de Colombia de bienes médicos esenciales en el periodo 2017-2019; su monto ascendió a US$617 millones. El primer aspecto que sobresale es cómo los tres principales países proveedores de cada uno de ellos tienen una participación superior al 50%; incluso, en el caso de los guantes, las gafas protectoras y los gorros superan el 90%.



Un segundo aspecto que corrobora esa característica es el Índice Herfindahl-Hisrchman. Este indicador toma valores entre cero y 10.000 e internacionalmente se usa como referencia el valor 1.800 para revelar una alta concentración. Por lo tanto, solo tres de los productos incluidos en el cuadro muestran un nivel moderado del índice. En cambio, en el caso de las máscaras Venturi para el suministro de oxígeno a los pacientes y en el de los ventiladores hay una altísima concentración.


Otra forma de análisis que permite la base de datos del Banco Mundial es por cada uno de los productos críticos. El cuadro 2 presenta, como un ejemplo, la información de importaciones de máscaras médicas. En promedio Colombia realizó compras a los países listados por un monto de US$19 millones. Pero simultáneamente es un país exportador, con ventas por un promedio de US$10,6 millones en 2017-2019; esto explica que tenga un arancel de nación más favorecida del 15%, con el fin de proteger la producción nacional, frente a países con los que no se tiene acuerdo comercial (cuando lo hay, el preferencial es cero o menor de 15%).



El cuadro también muestra cómo el impacto de las restricciones a las exportaciones afecta directamente los precios. China es un país que impuso restricción y, según los cálculos del Banco Mundial, ella induce un incremento del 16,7% en el precio; aun cuando Estados Unidos no impuso control a las exportaciones de máscaras médicas, su precio también aumenta (12,4%) porque se reduce la oferta mundial.


En síntesis, esta información demuestra que la estructura del comercio internacional de bienes médicos esenciales es altamente concentrada y que en la coyuntura de la pandemia se hace más evidente la vulnerabilidad de las economías que son importadoras netas de ellos. También sirve para ilustrar el difícil mercado en el que tuvieron que incursionar las Administradoras de Riesgos Laborales para cumplir con la provisión de equipos de protección personal a los profesionales de la salud, en cumplimiento de lo establecido de forma temporal en el marco de la emergencia sanitaria que declaró el gobierno nacional.


Una lección importante que dejan los problemas de abastecimiento de estos bienes esenciales en una coyuntura de emergencia es la necesidad de establecer una reserva estratégica nacional de salud, como lo sugiere Plata (2020b). Algunas economías desarrolladas la tienen y la manejan como un tema de seguridad nacional; en el caso de Estados Unidos ha sido muy útil para emergencias como la de las torres gemelas y el huracán Katrina.


También es evidente la necesidad de contar con producción nacional de algunos de esos bienes. Con el ánimo de crecer la oferta de ventiladores, países como Estados Unidos flexibilizaron las estrictas normas de la FDA para autorizar su comercialización y se invitó a empresas de diferentes sectores, como el automovilístico, a usar sus plantas para producirlos.


En Colombia también se flexibilizó la regulación del Invima para los ventiladores; mediante la Circular 031, el Ministerio de Salud señala que, en caso de necesidad, se pueden usar ventiladores nacionales que todavía están en la Fase Clínica II, que implica pruebas con personas, siempre y cuando se tenga el consentimiento del paciente o la familia. Con esta decisión se da un impulso a los numerosos proyectos desarrollados en las universidades del país; algunos de ellos cuentan con aportes de inversionistas privados por lo que es alta la probabilidad de que las empresas perduren una vez superada la pandemia. Debería enfocarse como un tema de seguridad nacional y plantear incentivos de política para su permanencia.


Referencias


Espitia, A.; Rocha, N. y Ruta, M. (2020a). “Database on COVID-19 Trade Flows and Policies”, World Bank. https://dataviz.worldbank.org/t/DECDG/views/Covid-19_Trade/story?iframeSizedToWindow=true&:embed=y&:showAppBanner=false&:display_count=no&:showVizHome=no


Espitia, A.; Rocha, N. y Ruta, M. (2020b). "Trade In Critical Covid-19 Products". Trade and COVID-19 Guidance Note, World Bank, 27 de marzo. Recuperado de: http://documents1.worldbank.org/curated/en/764011585606299529/pdf/Trade-and-COVID-19-Guidance-Note-Trade-in-Critical-COVID-19-Products.pdf


Kearney (2020). “Perspectiva del mercado de insumos y dispositivos médicos para el COVID-19”. Documento para discusión, 14 de mayo.


Plata, L.G. (2020a). “'Guerre des masques'”. El Tiempo, 3 de junio. https://www.eltiempo.com/salud/opinion-guerre-des-masques-el-enfrentamiento-mundial-por-los-recursos-frente-al-coronavirus-502628


Plata, L.G. (2020b). “Reserva estratégica nacional de salud”. El Tiempo, 25 de junio. Recuperado de: https://www.eltiempo.com/politica/gobierno/que-es-una-reserva-estrategica-y-por-que-colombia-la-necesita-510896  


Presidencia de la República (2020). “Gobierno reduce a 0% el arancel para la importación de 53 productos y elementos de los sectores de salud, higiene y saneamiento básico”. Comunicado de Prensa, 23 de marzo. Recuperado de: https://id.presidencia.gov.co/Paginas/prensa/2020/Gobierno-reduce-a-0-arancel-para-importacion-de-53-productos-elementos-de-sectores-salud-higiene-saneamiento-basico-200323.aspx


World Health Organization - WHO (2020). “Disease Commodity Package - Novel Coronavirus (COVID-19). WHO, 6 de marzo. Recuperado de: https://www.who.int/publications/i/item/disease-commodity-package---novel-coronavirus-(ncov)